Enseñanzas Náuticas

Para conocer la mar y todo lo que le rodea

Master and Commander: al otro lado del mundo

Posted by jonkepa en diciembre 24, 2009

(Master and commander: The far side of the world). Hoy s traigo datos de esta película que tuve la oportunidad de ver hace unos días por televisión. Había oído hablar muy bien de la misma y no me decepcionó. Os la recomiendo.

Dirección: Peter Weir.
País:
USA.
Año: 2003.
Interpretación: Russell Crowe (Capitán Jack Aubrey), Paul Bettany (Médico de a bordo Stephen Maturin), Billy Boyd (Timonel Barrett Bonden), James D’Arcy (Oficial Thomas Pullings), Lee Ingleby (Guardiamarina Hollom), Georges Innes (Joe Plaice), Mark Lewis Jones (Hogg), Chris Larkin (Capitán Howard), Richard McCabe (Higgins), Robert Pugh (Capitán Allen).
Guión: Peter Weir y John Collee; basado en las novelas de Patrick O’Brian.
Producción: Samuel Goldwyn Jr., Peter Weir  y Duncan Henderson.
Música: Iva Davies, Christopher Gordon & Richard Tognetti.
Fotografía:
Russell Boyd.
Montaje: Lee Smith.
Diseño de producción: William Sandell.
Vestuario: Wendy Stites.
Estreno en USA: 14 Noviembre 2003.
Estreno en España: 28 Noviembre 2003.

SINOPSIS

Las Guerras Napoleónicas: Una época para el valor marinero más allá de la llamada del deber y las aventuras heroicas en los procelosos océanos. Y no hay nadie más valiente, más honrado y más comprometido con los esfuer-zos bélicos del Imperio Británico que Jack Aubrey (Russell Crowe), el capitán del HMS Surprise. En 1805, recibe órdenes de capturar el buque insignia de la Armada Francesa, un barco muy superior al suyo que responde al nombre de Acheron. Cuando el navío galo lanza un contraataque sorpresa, Aubrey, a pesar de los enormes daños sufridos por su barco y su leal tripulación, toma la decisión crucial de perseguir al Acheron por los mares del Sur y cumplir así su misión. Sobreviviendo a los témpanos de hielo de la Antártida, a una feroz tormenta en el Cabo de Hornos y a los rumores de un motín a bordo, Aubrey está decidido a torpedear la misión de alto secreto del Acheron de apropiarse del valioso cargamento de la flo-ta ballenera británica. Al llegar a las Islas Galápagos, Aubrey se entera de que los franceses han tomado también como prisioneros a la tripulación de un ballenero. Sin embargo, todos los planes de perseguir a los bucaneros se van al garete cuando Maturin (Paul Bettany), el fiel consejero de Aubrey y el cirujano a bordo de la na-ve, tiene que operarse a sí mismo para salvar la vida. Mientras se recupera en las islas, y siendo Aubrey indulgente con su afición por la botánica, traman un plan para atrapar al Acheron de una vez por todas, inspirándose en la ciencia.

Cómo se hizo:

1. Los orígenes

El proyecto dio sus primeros pasos hace más de diez años cuando dos figuras legendarias, el productor de Hollywood Samuel Goldwyn, Jr. y el famoso escritor Patrick O’Brian, tuvieron conversaciones preliminares acerca de trasladar a la pantalla grande algunas de las historias de O’Brian sobre Aubrey y Maturin. Goldwyn fue la primera persona que vio el enorme potencial cinematográfico del trabajo de O’Brian y convenció al escritor, que no había ido al cine durante años, de que el medio podría hacer justicia a las aventuras del capitán Jack Aubrey y el doctor Stephen Maturin.

La película a la que se ha dado lugar una década más tarde está basada en los personajes más importantes presentados por primera vez en el libro de O’Brian, Capitán de mar y guerra, pero también emplea el amplio esquema narrativo de la décima de las veinte novelas Aubrey y Maturin, La costa más lejana del mundo. Peter Weir pensaba que esta última contaba con una estructura de historia más directa, cinematográfica y adaptable al lenguaje cinematográfico (Nuestros héroes son atacados por un enemigo muy superior al que deben perseguir; ¿pero hasta adónde y a qué precio?).

Utilizar la estructura narrativa de La costa más lejana del mundo permitía además centrar la película casi por completo en el mar, un enfoque singular y original que Peter Weir consideraba la clave para capturar la letra y el espíritu de las novelas de O’Brian. La película emplea la técnica cinematográfica más puntera y una obsesiva atención a la precisión y el detalle para hacer retroceder de verdad a los espectadores en el tiempo y no, como se suele hacer hoy en día, yendo a un mundo de alguna manera ficticio, dejándoles vivir una aventura a bordo de un barco de la Armada de Nelson hace doscientos años. Desde la madera haciéndose astillas durante un ataque al paso del cabo de Hornos en medio de una violenta tormenta, o el calor de las calmas ecuatoriales, MASTER AND COMMANDER: Al otro lado del mundo embarca a la gente en una aventura en alta mar como nunca antes se había hecho en el cine.

Pero pese a todo ese espectáculo, es la atención a los personajes y la emoción lo que diferencia a Patrick O’Brian y Peter Weir de otros narradores de historias que han surcado estas aguas.

La magna obra de los veinte volúmenes de Patrick O’Brian, que refleja toda una vida de investigación, fue la piedra de toque para Peter Weir. El director nunca cejó en su empeño de capturar hasta el mínimo detalle la precisión y el espíritu del mundo y los personajes de O’Brian, y logra un nivel de realismo histórico sin precedentes en esta película.

“La prosa de Patrick O’Brian es maravillosa”, dice Weir. “Se trata de un escritor de primer orden. Desde luego, éste era uno de los mayores retos a la hora de adaptar su obra. Cuando adaptas un libro, las palabras se caen de la mesa y tienes que sustituir la prosa por imágenes. Ha sido un enorme reto lograr contar visualmente esta historia de forma que se hiciera justicia a las palabras de O’Brian”.

Cuando Weir y Collee empezaron a escribir el guión, clasificaron los libros de O’Brian bajo los epígrafes: “Divisiones”, “Tripulación”, “Diálogos de Jack y Stephen”, etcétera. Estas referencias eran luego fotocopiadas y convertidas en libros; “chuletas a mano” para el reparto y el equipo técnico, señala Weir.

“Yo mismo, estaba rodeado de artefactos de la época mientras trabajaba en el guión; espadas, hebillas de cinturón, mapas.. esperando que me visitaran las musas”, prosigue Weir. “La música era otra gran ayuda, cuando andaba a tientas tratando de encontrar la forma de regresar a la época”.

Según el guionista John Collee, MASTER AND COMMANDER: Al otro lado del mundo, ambientada en su mayor parte a bordo del barco Surprise, es un reflejo de la consumada habilidad de Weir para crear mundos bien acotados y llenos de vida. “Es una cosa que Peter hace excepcionalmente bien, como hizo en Único testigo y El show de Truman. Quería crear un universo flotante en MASTER AND COMMANDER: Al otro lado del mundo”.

2. El reparto

En el corazón de los libros de Patrick O’Brian están los personajes de Jack “El afortunado” Aubrey y del doctor Stephen Maturin, y su amistad digna de un “estudio comparado”. La amistad entre Jack y Stephen es una de las más lúcidas e inesperadas de la literatura moderna. Son personajes únicos y, en gran parte, el motivo de que haya veinte novelas sobre Aubrey y Maturin. Jack es una fusión de las mejores características de varios capitanes que han existido en la vida real; un brillante marino y un genial combatiente, pese a su reticencia a seguir órdenes. También es exuberante, estrepitoso y sabe un montón de chistes malos. Stephen es un brillante cirujano, naturalista y “un marinero que no conoce sus deberes” cuya valentía se iguala a la de Jack.

Se necesitaba a una estrella de imponente presencia, Russell Crowe, para interpretar al heroico Jack Aubrey. Gran parte de la magia de los libros de O’Brian nace del emparejamiento del capitán con su antagonista natural: un hombre de ciencia cuyo valor está a la par del de Jack: Stephen Maturin, interpretado por Paul Bettany.

El afamado curriculum de Peter Weir en el cine fue un elemento clave para que el proyecto atrajera a Russell Crowe. “Soy desde hace mucho tiempo un fan de las películas de Peter”, confiesa el actor, “y siempre había querido trabajar con él. He crecido con sus películas. Por ejemplo, recuerdo que no pasé más miedo en mi vida que cuando de joven vi en un cine The last wave”.

A Crowe también le fascinaba el personaje de Jack “El afortunado”. “Era de una pasta especial, de una clase de hombres que no existen ya hoy en día; no hay un molde de Jack Aubrey”, dice Crowe. “Si hablas de la Armada Real Británica como empresaria, Jack es un empleado muy insubordinado. Sin embargo, en el sentido más amplio de la misión que se le encomienda como capitán, quizás no cumpla el mandato en la forma que pretendías, pero el resultado que obtendrá al final del día va a ir más allá de tus expectativas más elevadas”. Weir dice que Crowe ha nacido para interpretar a Jack “El afortunado”. “Russell tiene una energía y autoridad naturales, y toma el mando de esa nave desde el principio”. Crowe supo apreciar algunos de los privilegios de la “autoridad”. “Todos los días, entre mi caravana y el plató, oía ‘Buenos días, capitán’ unas setenta u ochenta veces”, dice el actor. “Realmente, era difícil dejar el uniforme, me iba aficionando a llevarlo”.

Crowe estaba encantado de volver a trabajar con Paul Bettany quien había interpretado de forma memorable al imaginario compañero de habitación de Crowe en la película Una mente maravillosa. Su pasada colaboración en el cine demostró ser de un valor incalculable a la hora de ayudar a los actores a crear la relación entre sus personajes en MASTER AND COMMANDER: Al otro lado del mundo. Crowe dice: “Desarrollamos una especie de taquigrafía creativa en Una mente maravillosa que pensaba que también nos iba ser muy útil para establecer de manera rápida y efectiva la dinámica entre Jack y Stephen. Estaba realmente encantado de que Peter hubiera decidido elegir a Paul. Hay ritmos y cosas que simplemente comprendemos el uno del otro. Con otra persona tendrías que dividir la escena y explicarlo. Paul y yo éramos capaces de conseguir un punto de hondura que tendrías que trabajar diez veces más duramente con cualquier otro para llegar siquiera a rozarlo”.

“Fue una alegría ver a Paul coger el personaje y hacerlo suyo, pero manteniéndolo al mismo tiempo pegado a lo escrito por Patrick O’Brian”, dice Weir. “Russell y Paul están magníficamente ponderados el uno respecto al otro, y te crees que son amigos. Es como si Maturin, cuando lo interpreta Paul, fuese la figura del hombre moderno y Russell como Jack fuera de un tiempo pasado”.

Bettany dice que dos elementos que le atrajeron de MASTER AND COMMANDER: Al otro lado del mundo fueron la acción y los personajes. “Cualquier entusiasta de las novelas de Patrick O’Brian sabe que cuando se empieza un libro suyo no se puede parar hasta terminarlo”, dice Bettany, “y veo la película como un largometraje de acción dentro de la que es una amistad rica en detalles que resiste el embate de algunas situaciones con grandes repercusiones vitales. Encuentro todo esto realmente intrigante”.

Un momento crítico en la amistad entre el personaje de Stephen Maturin de Bettany y el de Jack “El afortunado” de Crowe se produce tras un ataque sorpresa del Acheron que produce daños muy importantes en el barco del capitán Aubrey y mata o hiere gravemente a varios de sus hombres. A pesar (o quizás como consecuencia) de la desigualdad en la que se encuentra, Jack está más decidido que nunca a cumplir su misión y vencer al Acheron. El que tenga todos sus sentidos puestos en el barco enemigo se convierte en una preocupación para Stephen.

“Stephen estudia a la gente de la misma forma que estudia a los animales; por supuesto también a Jack”, explica Bettany. “Creo que lo más le intriga a Stephen de Jack es que es la excepción a la regla de que ‘el poder corrompe’; Jack hace gala de su poder con gran sabiduría. Pero eso es lo que se pone a prueba en esta película. Stephen empieza a pensar que el objetivo de Jack de atrapar al Acheron se está convirtiendo para él en una obsesión, lo que podría perjudicar a su tripulación”.

HMS Victory

Para los papeles secundarios, Weir trabajó estrechamente con la directora de casting en Gran Bretaña Mary Selway. Ambos buscaban actores de gran talento que tuvieran la resistencia necesaria para los exigentes seis meses de rodaje y la apariencia física que sugiere otro tiempo y otro lugar. El formidable elenco de actores incluye a Billy Boyd (de la famosa saga de El señor de los anillos), James D’Arcy, Bryan Dick, Lee Ingleby, George Innes, Mark Lewis Jones, Chris Larkin, Richard McCabe, Ian Mercer, Robert Pugh y David Threlfall.

Para Weir, la investigación requirió varios viajes al Museo Naval de Greenwich, al HMS Victory, al USS Constitution y dos cruceros en una réplica del Endeavor por las costas de Australia. Posteriormente había una biblioteca que siempre estaba creciendo de libros de obligada lectura ­ relatos de primera mano de gran valor ­ y lo más importante, cuadros que reflejaban acciones navales en el mar. “Estudiar estas pinturas hizo que me decidiera a encontrar caras que parecieran de la época”, dice Weir. Esto le llevó a hacer pruebas en Polonia, “para alejarnos lo más posible de la gente que ha crecido con una dieta occidental, con sonrisas preparadas o expresiones de aburrido cinismo”.

El casting de la tripulación, unos 130 hombres, requirió tanta atención como la de los principales protagonistas. Buscando “caras del siglo XVIII” acudieron a Judy Bouley, e increíblemente vio a más de siete mil candidatos. “Como guía, teníamos reproducciones de pinturas y bocetos de la época y más notablemente, un raro conjunto de fotografías, tomadas a mediados de la década de 1840 de pescadores ingleses hechas por David Octavius Hill y Robert Adamson”, dice Weir.

“Fuimos hasta el último confín de la Tierra para encontrar a esta gente”, dice el productor Duncan Henderson. “Tenemos personas procedentes de Polonia, Senegal, Australia y Sudán; gente que ha venido de todas las partes del mundo para trabajar con nosotros en la película”.

Para algunos de los extras y actores que aparecen en segundo plano se eligieron a marineros de grandes veleros. Sus hazañas que desafían la gravedad subiendo y bajando por los aparejos del barco daban un toque añadido de gran autenticidad a la película.

3. Los barcos y los decorados

Otro reto clave en el “casting” fue encontrar el barco ideal que pudiera servir como réplica del HMS Surprise, el barco de guerra de veintiocho cañones del capitán Aubrey. A comienzos de la fase de pre-producción, durante un viaje a Europa. Weir caminó por la cubierta del restaurado HMS Victory, el buque mandado por Lord Nelson en la batalla de Trafalgar. Además, el director acudió a varios festivales de grandes veleros y habló con decenas de integrantes de la comunidad de grandes veleros en todo el mundo.

En 2000 Weir se unió al capitán Chris Blake (quien terminaría convirtiéndose en uno de los más destacados asesores técnicos de la película) en un crucero en el Endeavor, una réplica digna de figurar en un museo del famoso barco del capitán Cook. Un año después, Weir se embarcó en un segundo viaje en el Endeavor, esta vez llevando consigo al productor Duncan Henderson, al productor ejecutivo Alan Curtiss y al director de fotografía Russell Boyd. “Quería asegurarme de que ellos también tuvieran la experiencia grabada en los huesos cuando llegara el momento de emprender nuestro ‘viaje’”, dice el director.

La búsqueda de Weir llevó al final al gran velero americano Rose, que tiene su base en el puerto de Rhode Island. La fragata de madera de tres mástiles es una réplica del siglo anterior de un barco de mediados del diecinueve de la Marina Real británica, que antiguamente era el buque escuela más grande de los Estados Unidos.

Twentieth Century Fox compró el Rose. (Tras terminar la fotografía principal, Fox donó el barco a una organización de historia naval sin ánimo de lucro). El Rose navegó desde Rhode Island hasta la costa oeste, a través del Canal de Panamá, soportando un huracán y la ruptura de un mástil antes de llegar a un dique seco donde se preparó su transformación en el HMS Surprise.

En su encarnación del HMS Surprise, el Rose fue utilizado durante varias semanas de rodaje en el mar por parte de la primera y segunda unidad. Este incomparable “escenario de rodaje” se modificó para ser fidedigno al periodo, así como también para permitir acomodar al reparto principal, a los realizadores, a los equipos de cámaras, maquillaje, peluquería, vestuario, atrezzo y demás departamentos necesarios para rodar las escenas. La tripulación real del Rose pilotaba el velero mientras se desplazaba por las aguas de Baja California. (Russell Crowe también aprendió a navegar en el Rose, y asumió el “mando” en varias ocasiones).

“Hemos recreado con gran precisión histórica hasta el más mínimo detalle”, dice el experto en construcción de barcos Leon Poindexter, otro de los asesores técnicos e históricos de la película. Poindexter trabajó también con veinte carpinteros para adaptar el Rose en San Diego, y ayudó a trasladarlo a la sede de la producción en Ensenada, Méjico. “Recibimos de manos del Almirantazgo Británico los pormenores de la construcción completamente documentados y usamos fórmulas matemáticas para determinar el tamaño adecuado del ancla”, dice Poindexter. “Se ha estudiado hasta el mínimo detalle cada centímetro cuadrado de este barco, hasta la colocación de las amarras».

“Me encantaba estar encima del Rose”, dice Russell Crowe, quien anteriormente ya había navegado en medio de una tempestad en Fiji (y casualmente lo hizo en un barco llamado el Surprise) mientras estaba preparándose para el papel de Jack Aubrey. “Subir a lo alto de un mástil en alta mar, a más de cuarenta y cinco metros de altura, fue un momento culminante para mí. Esos días fueron realmente especiales; había una gran sensación de libertad porque no estábamos conectados a tierra”.

Los realizadores construyeron un segundo “HMS Surprise” ­ un barco en un tanque con sesenta toneladas de agua ­ en poco más de cuatro meses. Se colocó el barco en un tanque de agua de algo más dos hectáreas y media en los estudios de la Fox en Baja; el hogar del Titanic. Este Surprise se construyó partiendo de la nada, con una esmerada atención al detalle, que llegó hasta los faroles, los coys y el envejecimiento del barco y el velamen.

Al mismo tiempo, la compañía de efectos especiales radicada en Nueva Zelanda Weta Workshop, que ha formado parte del equipo de efectos de la trilogía “El Señor de los Anillos”, construyó barcos en miniatura. Su Surprise tenía una eslora de algo más de ocho metros. También se construyeron digitalmente otros modelos en los ordenadores de la empresa de efectos visuales Asylum.

Sobre el impresionante tanque de Méjico fue construido un cardán especialmente diseñado al efecto, el más grande usado jamás en la producción de una película. Potentes mecanismos hidráulicos hacían funcionar este gigantesco mecanismo, que permitía un gran radio de acción, reproduciendo los movimientos de un velero en el mar. “Hicimos toda la travesía desde Brasil a las islas Galápagos en ese tanque”, dice Weir.

El director de fotografía Russell Boyd señala que gracias al cardán, el rodar en el tanque te hacía sentir a veces que estabas rodando en mar abierto. “El cardán daba movimiento y cabeceo al decorado, así que todo el plató se movía de verdad como si se tratara de un barco en el mar”, dice Boyd. “Tuvimos que hacernos enseguida al barco para poder trabajar en el tanque”. Boyd y su equipo usaron una grúa técnica con una pluma de una libra, con la cámara asentada sobre tres ejes (horizontal, adelante / atrás y nivelador) que les permitía contrarrestar los movimientos del barco.

Se equipó también con poleas un decorado que representa la cubierta de la batería de cañones de la Surprise, y se levantó en una escarpada vista panorámica del océano en los Estudios de Fox en Baja. Este decorado, como el del tanque, se podía hacer girar. Un tercer cardán se usó para los camarotes del Escenario 3, el estrecho y de techo muy bajo cubículo que sirve de alojamiento para que los marineros duerman apiñados en filas de coys y coman sus raciones. La cubierta inferior, la parte habitable más baja de la Surprise, estaba situada en el Escenario 4, que posteriormente albergó la cubierta de la batería de cañones del Acheron, el lugar donde tiene lugar la mayor parte del combate cuerpo a cuerpo durante la batalla final.

Los estudios de sonido de Fox en Baja albergaron otros decorados que representaban diferentes niveles de la cubierta de la Surprise, incluyendo el Gran Camarote del barco, en el Escenario 2. El Gran Camarote albergaba las estancias privadas y relativamente elaboradas del capitán Aubrey y sirvió de telón de fondo para las tertulias y cenas del capitán y sus oficiales, así como también para las escenas en las que Aubrey busca la soledad para meditar sobre algunas decisiones difíciles que ha de tomar. El Gran Camarote era también un lugar de reunión para Aubrey y Maturin, quienes se relajaban tocando duetos de violín y violonchelo.

Durante algunos meses, los realizadores construyeron el tanque del Acheron, en terrenos de un aparcamiento cercano a la entrada principal del estudio. Una vez terminado este “Acheron”, fue cuidadosamente partido en cuatro trozos y trasladado con una gigantesca grúa hasta el tanque para usarlo en la batalla final.

Cuando los decorados estuvieron listos, los actores que interpretaban a los oficiales y a la tripulación de la Surprise siguieron un proceso de aprendizaje para sumergirse en los rigores de la vida a bordo de un barco. Se entrenaron en mar abierto navegando en el Rose, subiendo por las jarcias, ejercitándose en la navegación, manejando armas cortas, cañones, lucha de espadas, etiqueta militar y aprendiendo a hacer el trabajo de los personajes a los que encarnan en el filme.

4. La creación de la tormenta en el mar más realista de la historia del cine

La orden de Peter Weir para el empleo de los efectos visuales más punteros, los cuales llegan a estar presentes en unos 750 planos, era que tenían que ser “invisibles”, sin importar la cantidad de horas empleadas en investigar y desarrollar los mismos ni la habilidad artística que se necesitara a la hora de crear estos efectos. “Peter insistió en que MASTER AND COMMANDER: Al otro lado del mundo no pareciera una película de efectos”, dice el supervisor de efectos visuales Stefen Fangmeier de ILM. “Si no te das cuenta de los efectos, si los espectadores sólo se centran en el momento y en disfrutar con el espectáculo y la personal visión de Peter, entonces habremos hecho bien nuestro trabajo”.

A Fangmeier y ILM les encantaba la idea de crear efectos visuales para una película de época. “Es un soplo de aire fresco trabajar en una proyecto personal anclado en la realidad”, dice. “El público está muy acostumbrado a las espadas láser, las batallas estelares y cosas como ésas. Con MASTER AND COMMANDER: Al otro lado del mundo teníamos la oportunidad de realzar un mundo del que muchos de nosotros no recordamos nada. En muchos sentidos es mucho más rico que una batalla galáctica en el espacio exterior”.

Los efectos “invisibles” de MASTER AND COMMANDER: Al otro lado del mundo contribuyeron a crear la épica escena del tifón, que nunca antes se ha vivido de esta forma en el cine. En la historia, Jack Aubrey está persiguiendo al Acheron, la Surprise da la vuelta al cabo de Hornos, empeora el tiempo, el mar se pica y el viento empieza a soplar de forma despiadada, enfrentándose Jack al mayor reto de toda su vida: la furia desatada de una impresionante tormenta a bordo de un barco de la vela de 40 metros de eslora.

Los avanzados efectos visuales se unieron con grandiosos efectos físicos y, por primera vez en la historia, con metraje de una tormenta real filmada en el cabo de Hornos para crear un tifón tan real como impactante.

“Para la secuencia de la galerna tuvimos que preparar todo el equipo porque la tormenta lo iba a empapar absolutamente todo”, dice el director de fotografía Russell Boyd. “Usamos bolsas impermeables Hydroflex y revestimos por completo la cámara aunque dejándola todavía operativa. Fuimos capaces de rodar incluso con los miles de litros de agua que los chicos de los efectos especiales descargaron sobre nosotros”.

Después de que los actores y el equipo técnico estuvieran en sus puestos en el barco, los realizadores “desataron” la tormenta. Primero, activaron el cardán, que puso el barco en movimiento. Luego, se encendieron las máquinas de olas y viento y se bombeó agua delante de dos enormes motores a reacción, que provocaban en el agua un efecto de niebla y bruma. Cuatro ventiladores ubicados detrás de varios aspersores producían una cortina de agua, mientras impresionantes depósitos liberaban casi 30.000 litros de agua que barrían la cubierta del barco, dejando completamente empapados al reparto y al equipo de realización. Los motores a reacción, las máquinas de olas y viento, los ventiladores y los depósitos de agua se combinaron para producir una ensordecedora cacofonía que afectó a todos los presentes.

Aunque los efectos físicos jugaron un papel clave a la hora de crear estas escenas de gran épica, también el metraje de una tormenta real filmada meses antes por Paul Atkins, a bordo del Endeavor mientras se cruzaba el cabo de Hornos, tuvo un papel destacado. Es la primera vez que una tormenta real es incluida en una secuencia de este tipo; lo que da una apariencia más realista, de mayor envergadura y la sensación definitiva de que “estás ahí” durante esta escena épica.

Integrar el metraje tomado desde el Endeavor con las imágenes creadas por ordenador y los efectos físicos fue el mayor desafío al que tuvo que enfrentarse la firma Asylum. “Tuvimos la increíble fortuna de contar con este impresionante elemento ­ el metraje de la tormenta en el Endeavor ­ para empezar con él”, dice el supervisor de efectos visuales de Asylum Nathan McGuinness. “Peter nos dio la directriz de hacerlo todo muy orgánico; de tener todos los elementos, incluyendo modelos físicos y creados por ordenador de la Surprise para hacerlos interactuar de modo creíble”.

ILM creó efectos visuales para otra enorme escena: la batalla final entre la Surprise y el Acheron. Barcos digitales y en miniatura permitieron movimientos de cámara dinámicos que no era posible lograr rodando en el mar.

El equipo de efectos visuales trabajó estrechamente con los departamentos artísticos y de efectos especiales de la película para asegurarse de que los barcos creados por ordenador se correspondían y hacían juego con los modelos en miniatura construidos por The Weta Workshop. Tanto los modelos en miniatura como los creados por ordenador tenían que casar con las especificaciones de la Surprise erigida en el tanque, remitiéndose constantemente a los cientos de diseños usado en la construcción del barco del tanque.

Muchos de los efectos son sutiles, como la eliminación de la línea costera mejicana de las escenas tomadas desde el barco del tanque. Los creadores digitales quitaron éstas y otras imágenes fotograma a fotograma. Una de las tareas de “construcción” que cayeron en manos del departamento de efectos visuales fue la de rematar los mástiles. Debido al peso del barco del tanque sobre el cardán, los realizadores tuvieron que construir una versión más corta del trinquete y del palo mayor. Los equipos de efectos visuales alargaron estos mástiles, el velamen y los aparejos.

5. Investigación histórica y de personajes

Peter Weir quería que MASTER AND COMMANDER: Al otro lado del mundo diera a los espectadores la impresión más exacta posible de la vida a bordo de un barco de guerra en la época. Él y su equipo de asesores históricos fueron implacables en su búsqueda de la autenticidad de la época.

Chicos muy jóvenes, algunos con tan sólo ocho años de edad, eran a menudo criados o “porteadores de pólvora”, corriendo de un lado a otro para proveer de pólvora a las dotaciones de las baterías de cañones. En el caso de los oficiales, había un régimen de formación en el que jóvenes caballeros, muchos de noble cuna, podían ser tomados a bordo bajo la supervisión del capitán como guardiamarinas, estudiando y adquiriendo una educación la que no podrían tener acceso en una escuela privada.

Había guardiamarinas con doce años, tales como el personaje de Lord Blakeney, interpretado por el actor novel Max Pirkis. Weir creó los papeles de estos jóvenes actores para que el público pudiera ver cómo eran tratados a bordo como uno más. “Tenían que soportar las heridas, navegar, entrar en combate y luchar junto a hombre hechos y derechos”, dice Weir.

En 1805, con el rey británico Jorge II en su cuadragésimo quinto año en el trono, la celebrada carrera del heroico Lord Nelson terminó abruptamente con su muerte en la batalla de Trafalgar. La guerra ente Gran Bretaña y Francia había sido una constante a lo largo de toda la vida de Nelson y continuó tras su fallecimiento hasta 1815.

Russell Crowe compartía la pasión de Peter Weir por la historia y la autenticidad de los personajes. “La realidad de la situación para un hombre como Jack es que se trata de un trabajo muy solitario”, dice Crowe. “Todos los capitanes con los que he hablado antes de que empezáramos la película argumentaba sobre ese aspecto de la soledad y cómo prepararse para sobrellevarla. Uno me dijo un dicho ­ ‘No siempre con la razón, pero siempre en lo cierto’ ­ que significa que como capitán, no puedes dejar traslucir ninguna muestra de duda respecto a lo que tienes que hacer en medio de una situación de vida o muerte”.

Crowe estudió la historia naval, los conocimientos y habilidades requeridas para ser un capitán de la armada Real Británica en aquellos tiempos. También aprendió los entresijos del barco y llego a ser muy bueno trepando por las jarcias. El capitán de navío Andrew Reay-Ellers fue uno de los asesores de Crowe para todos estos temas.

“Ayudamos a Russell a recrear los veinte años de carrera naval de Jack Aubrey”, dice Reay-Ellers, “trabajando horas y horas una semana tras otra, desde los aspectos básicos de cada trabajo a bordo del buque, a las maniobras de navegación, pasando por la estrategia y la naturaleza del mando de un barco. Russell pensaba que Jack, aunque el capitán nunca izaría una vela personalmente, habría sido en tiempos guardiamarina y tendría esos conocimientos. Russell quería saber todo lo que estaba enseñando a sus hombres, y nosotros estudiamos cuidadosamente una versión abreviada de toda una vida de aprendizaje en el barco”.

Reay-Ellers se quedó impresionado con la dedicación y el empeño que Crowe puso en el entrenamiento y la investigación. “Pasó horas volcado sobre diagramas, leyendo escritos muy densos sobre estrategias navales y salió airoso del reto. Al mismo tiempo, estuvo aprendiendo a tocar el violín y un tipo de lucha de espadas característico de ese periodo y de su rango de capitán. Es verdaderamente asombroso, la cantidad de cosas que estaba aprendiendo de forma simultánea; quería llegar a ese nivel de familiaridad, a ese aire de conocimiento fortuito que le permitiera saber cada una de las tareas a bordo en la misma medida que Jack Aubrey”.

El aprendizaje musical de Crowe es resultado de la atracción de Jack “El afortunado” por el violín y de sus ocasionales duetos musicales con Stephen Maturin al violonchelo. Durante algunos meses Crowe trabajo con su viejo amigo Richard Tognetti, un virtuoso del violín y australiano de origen, (quien posteriormente ayudaría a componer la banda sonora de la película), y con el violinista Robert E. Greene, quien con anterioridad había trabajado con Crowe en Una mente maravillosa.

Prepararse para interpretar a Stephen Maturin llevó a Paul Bettany a sus propias y eclécticas materias de estudio. “Fui con Peter Weir a la Real Academia de Cirujanos de Londres para reunirme allí con un cirujano, Mick Crumplin, que también era historiador”, señala Bettany. “Mick me fue de gran ayuda a la hora de aprender algunos de los procedimientos médicos de la época, así que pude entender cómo saber delante de la cámara en esas escenas”.

Bettany también se interesó superficialmente por la disección durante el tiempo que pasó en el Instituto de Estudios Oceanográficos Scripps de La Jolla, para empaparse de los conocimientos que se tenían antes de Darwin sobre los insectos, los animales terrestres y los peces.

Como ayuda para recrear esta época, los realizadores utilizaron, además de su equipo de asesores, una gran cantidad de recursos históricos puestos a su disposición, incluyendo la colaboración de varios museos, el acceso a objetos de la época, pinturas, diarios, ilustraciones, cuadernos de bitácora, diseños originales, así como también el mundo ricamente recreado y descrito por Patrick O’Brian. Se montó una gran biblioteca de apoyo en el estudio, animando y alentando al reparto y al equipo de realización a hacer uso de la misma.

Imágenes y notas de cómo se hizo «Master and commander: Al otro lado del mundo» – Copyright © 2003 20th Century Fox , Miramax Films, Universal Pictures y Samuel Goldwyn Films. Distribuida en España por Hispano Foxfilm. Todos los derechos reservados.

He sacado estos datos de la web La Butaca, a título exclusivamente informativo

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