
USS Intrepid
Echó el ancla mar adentro, a dos millas del faro. Su calado, de algo más de diez metros, no le permitía entrar en el puerto de Valencia. Porque estamos hablando de hace cincuenta años, de los últimos días de julio de 1964, que es cuando los valencianos pudieron ver, desde las playas de Nazaret y las Arenas, la silueta del poderoso portaviones norteamericano ‘USS Intrepid‘, una estrella del mar en todos los sentidos, un buque histórico que desde 1982 se puede visitar en el Muelle 86 de Nueva York porque es la sede del Museo del Mar, el Aire y el Espacio.
El ‘Intrepid’, con sus 250 metros de eslora, es bastante más pequeño que los buques portacontenedores que frecuentan ahora el puerto de Valencia y cien metros menor que las colosales naves que se construyen para el turismo masivo de cruceros. Incluso pertenecía a una serie de portaviones –la histórica Essex, de los años cuarenta– que ya se estaba quedando anticuada y pequeña frente a los nuevos ‘Enterprise’ y ‘Saratoga’, en servicio en los sesenta. Pero impresionaba ver, desde los muelles, el perfil de cincuenta o sesenta aviones en cubierta; vislumbrar la silueta de sus antenas y de los noventa cañones de todo calibre que llevaba a bordo.
Los marinos del ‘Intrepid’ y de los cuatro destructores acompañantes que, esos sí, echaron amarras dentro del puerto, en las inmediaciones del Club Náutico, fueron los grandes animadores de la Feria de Julio de 1964. Se les vio en la Alameda y en los toros, en Casa Barrachina y en los cabarets del centro. Valencia era una ciudad ideal si uno tenía juventud y un puñado de dólares frescos en el bolsillo; la cerveza fría era estupenda, los valencianos eran acogedores, las chicas sonreían con facilidad y solo había que tener cuenta de no provocar a los de la SP, la temida policía militar de la propia US Navy, que usaban sin recato sus grandes porras de madera. Lee el resto de esta entrada »