
Muchos de los glaciares antárticos están siendo socavados por la acción del agua más cálida del mar. / Alba Martin-Español
Desde que en 1979 los primeros satélites artificiales pusieran sus ojos en ella, la Antártida nunca fue tan grande. Según la NASA, en diciembre de 2013, el hielo marino que rodea el continente antártico alcanzó su mayor extensión. Sin embargo, también nunca como ahora, se está derritiendo a un ritmo tan acelerado. Por primera vez desde el fin de la última glaciación, la Antártida pierde más hielo del que gana. De nuevo, ya sea en forma de cambio climático o deterioro de la capa de ozono, la acción humana está detrás.
La ciencia tiene tan claro que el Ártico se deshiela como que la Tierra gira alrededor del Sol. Con la Antártida no existe el mismo consenso científico. Por cada estudio sobre un glaciar que se resquebraja, hay otro que destaca la acumulación de nueva nieve en la meseta antártica. Y es que todo en la Antártida es grande, también el debate científico. Con una extensión casi 28 veces la de España, la Antártida acumula entre el 80% y el 90% del agua dulce que hay en el planeta. La altura media de la capa de hielo es de unos 2.500 metros, aunque hay zonas de casi 5.000. Si se derritiera de repente, el nivel del mar ascendería decenas de metros.
Pero la Antártida no es tan uniforme e inmutable como puede parecer en la distancia. El cambio climático y el deterioro de la capa de ozono están afectando de forma diferente a unas zonas y otras del continente. Mientras en lugares de la costa oeste, los glaciares que mueren en el Mar de Amundsen están adelgazando, en el este, el hielo avanza y se eleva. A comienzos de siglo, el balance neto entre pérdidas y ganancias tendía a ser cero, pero en el último lustro el equilibrio se está rompiendo a favor del deshielo en zonas hasta ahora estables. Lee el resto de esta entrada »