
ángel navarrete El presidente de la Real Liga Naval, Juan Díaz Cano, en la sede de la organización en Madrid
Acceder a los edificios céntricos de Madrid resulta, en ocasiones, un viaje al pasado y hacia lo inesperado. Es el caso de la sede de la Real Liga Naval Española, en plena calle Mayor. El bullicio, el sonido de los cláxones, apenas se puede percibir en este salón decorado con una imponente carta naval del siglo XVI, que cubre casi por completo una de las paredes, y varias maquetas, entre ellas reproducciones de las carabelas de Colón y la galera real que encabezaba la flota de la Liga Santa en la batalla de Lepanto. En el corazón del Madrid de los Austrias se respira salitre, brisa marina, aprecio por un sector naval que, a juicio de Juan Díaz Cano, presidente de esta institución, ha perdido peso en las últimas décadas. La Liga Naval organiza esta semana su II Congreso Marítimo Nacional en Santander, que se celebrará durante el martes, miércoles y jueves de esta semana.
-¿Por qué la necesidad de realizar este congreso, el segundo desde 1901?
-Las cuatro marinas se encuentran en una situación muy complicada. De la marina mercante solo disponemos de 130 barcos, que suponen2,5 millones de toneladas. Hemos perdido en cuarenta años el 70% de nuestro tonelaje. Países como Bélgica, Holanda y Dinamarca no poseen una tradición marítima superior a la nuestra y, sin embargo, tienen unas marinas mercantes más potentes. En el caso de los astilleros, debido al problema de la inacción gubernamental, España tan solo es capaz de captar el 0,4% de los contratos de nuevas construcciones que se firman en Europa. La marina de pesca, por su parte, se ha convertido en una moneda de cambio devaluada en las instituciones europeas. Por último, la marina deportiva podría tener una gran pujanza, pero padece el yugo fiscal de un impuesto de matriculación que solo existe en nuesro país.
-¿Por qué cree que el sector naval español está en esa situación?
-España entró en la Comunidad Económica Europea mediante una negociación en la que nuestra debilidad era grande. Siempre he tenido la sensación de que existió una especie de pacto para que España renunciase a sus industrias de la mar a cambio de una serie de mejoras de infraestructuras, seguridad política, seguridad exterior, etcétera. No es normal que España pasara de ser la tercera potencia mundial de construcción naval a no pintar absolutamente nada en la actualidad.
-Pero los puertos españoles por tráfico de mercancías suelen encontrarse entre los principales de la UE…
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