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La Carraca

Posted by jonkepa en marzo 6, 2012

Carraca

Las carracas eran navíos de vela redonda de alto bordo especializados en el transporte de grandes cargas en travesías largas. Hubo carracas desde el siglo XII hasta el siglo XVI. Fueron los mayores buques europeos de su época.

Eran muy apreciadas por venecianos, genoveses y portugueses, y menos utilizadas por castellanos y aragoneses. En los astilleros del mar Cantábrico se construyeron muy pocas carracas, por su mal comportamiento en los temporales.

Su configuración básica constaba de un casco con calado considerable, un mástil y una enorme vela rectangular. Con el paso del tiempo fue incorporando adelantos significativos; el principal de ellos fue la incorporación de timón de codaste como reemplazo de los timones de espadilla.

Su tamaño y calado le daban prestaciones muy importantes y apreciadas:

  • Carga: en su tiempo fue el mayor buque de carga disponible, siendo ésta muy diversa. También se le empleó como transporte de tropas, incluso caballería.
  • Resistencia: Las carracas fueron barcos muy sólidos y fiables, y conforme iban incorporando adelantos técnicos fueron capaces de realizar travesías más largas.

La principal desventaja de las carracas era su pobre maniobrabilidad y su lentitud, deficiencias que fueron mejorándose con los adelantos técnicos que iban surgiendo.

Otro aspecto importante de las carracas era que, al tener un calado significativo, sólo podían hacer operaciones de carga y descarga en puertos de altura, ya sea que fueran marítimos o fluviales, o bien estando ancladas a distancia. Su capacidad de maniobra en puertos de cabotaje era muy limitada.

Otro inconveniente de este tipo de embarcaciones era el elevado costo de construcción, sobre todo considerando que durante la Edad Media los estados nacionales europeos eran esencialmente nominales; en realidad, Europa estaba fragmentada en territorios feudales y ciudades estado, de los cuales sólo unos pocos tenían los medios para financiar la construcción de carracas. Este aspecto es significativo desde el punto de vista histórico, ya que en términos navales, la carraca, como buque de guerra, era muy superior al drakkar vikingo. Sin embargo, la falta de flotas defensivas en Europa, especialmente en Francia e Inglaterra, permitió a los vikingos llevar a cabo invasiones con éxito en estos reinos.

El casco tenía un castillo de proa que, a diferencia de la coca, no era una estructura superpuesta al casco, sino que formaba parte de él integrándose perfectamente y que no sobresalía por los costados. Tenía mayor altura que los castillos anteriores y, en muchas ocasiones, podían colocarse varios puentes superpuestos. La misma estructura era aplicada al alcázar de popa compuesto de dos o más puentes llamados alcazarillos, englobados en la estructura de la nave, donde se instalaron inicialmente los cañones. Las carracas tenían un casco ligeramente más redondeado que las cocas e incorporaron por primera vez los tres palos. El trinquete y el mayor con velas cuadradas (inicialmente una cada palo) y el mesana una vela triangular. En las carracas más evolucionadas se añadió un cuarto palo a popa llamado contramesana con velas latinas. A medida que transcurrieron los años el velamen se complicó añadiendo nuevas velas cuadradas a los dos primeros palos. Esta estructura vélica dificultaba la navegación con viento de bolina pero facilitaba la de viento de través y de popa.

La relación eslora/manga era aproximadamente 3. Llevaban castillo de proa, bastante alto, y castillo de popa de grandes dimensiones. La cubierta tenía castillo, combés y toldilla, llevando en el combés una gran escotilla de carga.

El casco solía estar reforzado por grandes cintones y bularcamas.

En el siglo XV tenían entre 200 y 600 toneladas. A finales del XVI las hubo de hasta 2.000 toneladas.

Las primeras carracas eran de un solo palo. Fueron evolucionando, y a finales del XVI llevaban 3 palos, habiendo algunas de 4. Los palos tenían masteleros y llevaban cofas para situar a los arqueros.

El palo mayor era mucho más grande que el trinquete, que a su vez también era mucho mayor que el mesana.

En el siglo XV, el velamen de las carracas solía ser:

  • Cebadera cuadra en el bauprés.
  • Velas cuadras para trinquete y velacho.
  • Velas cuadras para mayor y gavia.
  • Vela latina para el mesana, y latina o cuadra para sobremesana. Y, a veces, una latina en contramesana.

El descubrimiento de América y la consolidación de estados nacionales en Europa (Portugal, España, Holanda, Francia e Inglaterra) conllevó que de sus arcas, destinaran fondos para la construcción de sus flotas y poder explorar el Nuevo mundo.

A diferencia de las carabelas, que fueron quedando en desuso, las naos y carracas sufrieron mayores mejoras y transformaciones, hasta convertirse en un nuevo tipo de embarcación, conocido como galeón, del que se dieron distintas variantes, como el galeón español y el galeón inglés.

Coca

La embarcación típica de la escuela naval nórdica era la coca, inventada a
finales del siglo XII para el comercio de la Liga Hanseática. Tenía un
casco redondo, una eslora de unos veinte metros y una manga de diez.
Esto le permitía soportar bien el embate de las olas y almacenar una
gran carga (hasta 200 toneladas). Se gobernaba mediante un timón
central fijado al codaste (columna vertebral de la embarcación), lo que
le daba una gran maniobrabilidad. En cuanto al aparejo, consistía en
una gran vela cuadrada, colocada en el centro de la nave, que podía
aumentar o disminuir de superficie gracias a la boneta (una vela
auxiliar que se colgaba de la mayor) y a las bandas de rizos, unas
hileras de cuerdas cosidas a la vela, que recogían parte de la misma. A
estas velas se añadió otra llamada bolina, que iba desde la mayor hasta
un pequeño palo (bauprés), colocado en la proa. Ayudaba a mantener la
tensión de la vela cuando se navegaba contra el viento. A comienzos del
siglo XIV la coca se readaptó para la navegación mediterránea,
formándose la carraca. Tenía gran capacidad (hasta mil toneladas de
arqueo) y estaba dotada de tres mástiles, con velas cuadradas en el
trinquete y mayor, y latina en la mesana. La vela latina era una
aportación árabe. La carraca llevaba además otra vela supletoria en la
parte superior de la mayor, el mastelero, que aumentaba la fuerza
eólica impulsora. Finalmente se le alargaron los mástiles, permitiendo
envergar varias velas en los mismos. Los españoles, especialmente los
vascos, usaron carracas de menor porte que las italianas a las que
llamaban naos. Una de estas, la Santa María, sería utilizada por Colon en su primer viaje.

Carracas notables

  • La carraca La Charente de Luis XII de Francia llevaba 1.200 hombres de guerra y 300 piezas de artillería.
  • En la Jornada de Túnez apoyó a Carlos V, entre otras, la carraca portuguesa S. Juan Botafogo, la mayor de ese tiempo, con 200 cañones.
  • En la segunda expedición a Italia del Gran Capitán, participaron 3 o 4 carracas junto a las naos vizcaínas.

Fuentes: Wikipedia y Azul en la mesana (Henegas)

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3 respuestas to “La Carraca”

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