«Casi se podría hablar de sabotaje«, insinúa el ex inspector naval de la Capitanía Marítima de A Coruña, Serafín Díaz, en relación con la actuación de dos de los tres acusados por la catástrofe medioambiental del Prestige, el capitán del buque, Apostolos Mangoura, y el jefe de máquinas, Nikolaos Argyropoulos, durante las horas posteriores a la primera avería del petrolero y antes de que lograse ser enganchada por los remolcadores.
Serafín Díaz se trasladó el 14 de noviembre a bordo del barco (fue el primer técnico externo a la tripulación en llegar al petrolero, que tuvo la primera avería el 13 de noviembre de 2002) y este jueves ha declarado en el juicio que se sigue en la Audiencia Provincial de A Coruña.
Entre otras indicaciones ha asegurado que «querían retrasar la puesta en marcha del barco, pues no había ninguna razón para que no se arrancara el motor». Lee el resto de esta entrada »