Han pasado casi cinco meses desde que el melillense Abdeslam Ahmed identificó a su hijo en una morgue de Nador. Junto a Pisly yacía el cadáver de su amigo Amin Mohamed Driss. Tenían 24 y 20 años, habían salido a pescar y terminaron con sus cuerpos cosidos a balazos. Fueron acribillados por efectivos de la Marina Real Marroquí tras abordar su zodiac, que según la agencia oficial MAP había tratado de colisionar con su patrullera no sin antes haberse dado a la fuga. Una hipótesis rocambolesca y desmedida, pues la embarcación en la que viajaban los jóvenes era más frágil, apunta Abdeslam. Una segunda autopsia practicada en Melilla desmontaría, según los padres de los fallecidos, la versión de las fuerzas armadas del país vecino.
«Recibieron golpes en la cabeza y tenían hematomas en el tórax, lo que significa que les dieron una paliza antes de dispararles a bocajarro. Para eliminar pistas que pudiesen indicar a qué distancia fueron efectuados los disparos, luego arrojaron los cadáveres al agua, como indican sus ropas húmedas», asegura el padre de Pisly, apodo cariñoso de Abdeslam Ahmed Alí. El dato ofrecido por un médico tras la primera autopsia en Nador inquietó a Abdeslam: «Me dijo que le había sacado unas veinte postas, lo que indica que los tiros no se efectuaron con un arma reglamentaria». La pérdida de parte del hígado y del estómago refuerza su tesis de que fueron acribillados a una distancia muy cercana. Lee el resto de esta entrada »