Pura pasión por el mar

Jaume Mumbrú, a la derecha en la imagen, es cerebral y muy buen organizador y eligió como compañero de aventura a su complemento ideal: Cali Sanmartí es un manitas total, alguien para quien una avería es un desafío personal frente al cual es capaz de trabajar las horas que haga falta.

El We are Water es el velero con el que el suizo Bernard Stamm ganó la Velux en el 2007. Con su única orza central, es mal ceñidor, y su antigüedad se nota en el diseño: la bañera es tan baja y abierta, que los marinos van sin protección frente al viento y el mar.

Todos Los navegantes de élite son profesionales. Tanto por la enorme destreza que se exige para manejar las costosas y tecnológicamente avanzadas embarcaciones como por el hecho mismo de que arriesgan sus vidas en competiciones al límite, los regatistas de más alto nivel viven de este trabajo. Como otros deportistas profesionales. Pero las grandes regatas incluyen un factor muy alto de aventura y mantienen viva la llama de la pasión pura, el espacio para que los amateurs más cualificados participen y se enfrenten al gran desafío.

Jaume Mumbrú y Cali Sanmartí son dos navegantes aficionados en el sentido más preciso del término. Es decir, tienen sus profesiones, y la vela es en realidad la afición de sus vidas. Mumbrú es abogado, y Sanmartí, ingeniero. Aunque también es verdad que su nivel como regatistas es sobresaliente y lo que no son es novatos.

Jaume Mumbrú, barcelonés nacido en Newcastle hace 45 años, participó en el 2003 y el 2005 en la Mini Transat, la regata de solitarios a través del Atlántico en pequeños barcos de 6,50 metros de eslora, la competición que aupó a nombres como Albert Bargués, Àlex Pella, los hermanos Bruno y Willy García, Anna Corbella y otros. Mumbrú además consiguió hacerse su propio barco para esa competición y luego fue el padrino que propició que Anna Corbella dispusiera de ese velero para entrenarse y participar a su vez en la Mini Transat del 2009. Su espíritu animoso y esa generosidad hacen de Mumbrú, creador también de la regata Mini Barcelona, una persona muy querida en el mundo de la vela.

Carlos Sanmartí, nacido en Barcelona hace 41 años, es un apasionado de las máquinas, la electrónica y la informática. Desde hace unos años trabaja en el ámbito de la náutica, en tareas como capitán o mánager responsable de grandes barcos privados, pero su participación en las regatas, como en la legendaria Sydney-Hobart, seguía siendo pura afición.

Para Mumbrú y Sanmartí, la reválida para llegar a la BWR fue tomar parte en la vuelta a España del pasado verano con el barco con el que el vasco Unai Basurko participó en la Velux 5 Oceans. El viejo Pakea Bizkaia no sólo no era competitivo frente a los imoca modernos sino que además rompió las dos orzas en la primera etapa y acumuló averías una tras otra. Pero los dos navegantes hicieron gala de su espíritu y consiguieron completar la competición y dar una imagen muy positiva para los aficionados a la vela. Eso les valió la confianza de la organización de la BWR, que les ayudó a conseguir otro barco y el patrocinio de la empresa Roca, que ha creado la fundación We are Water para transmitir el mensaje de la importancia del agua como bien básico del planeta.

Los dos se enfrentan a la primera vuelta al mundo y no ocultan ni su inexperiencia frente a las condiciones en las que se navega en el Gran Sur ni la poca práctica con estos exigentes veleros. Naturalmente su objetivo es acabar, y la mayor ilusión, hacerlo sin efectuar ninguna escala. Sería una hazaña. El programa es ir paso a paso: conseguir estar en la salida, cruzar Gibraltar, pasar Buena Esperanza… Y el lema, una frase que Mumbrú dice a menudo: “Nadie dijo que iba a ser fácil”.

Texto de Suso Pérez

Fotos de Nico Martínez

El Magazine

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