Expedición al Atlántico
Posted by jonkepa en mayo 27, 2015
Se abre la campaña del bonito, la más importante para los arrantzales
EL puerto de Bermeo comenzará a quedarse vacío a partir de mañana. Una veintena de embarcaciones zarpará para poner rumbo hacia el oeste a la busca y captura de los cardúmenes de atún blanco-bonito del norte que nadan en el Atlántico en la migración que anualmente les lleva hasta el Cantábrico en busca de alimento. Se trata de la pesquería más importante del año. Y es que cerca del 70% de los ingresos económicos anuales de esta flota depende de los resultados obtenidos durante la campaña del bonito. Los arrantzales confían en mejorar el exiguo volumen de capturas obtenido en la costera del año pasado en la que la ausencia de atún en las aguas del Golfo de Bizkaia provocó un importante decremento en la cuenta de resultados. Según datos de AZTI, en los últimos diez años los desembarcos en puertos vascos han supuesto aproximadamente la mitad de las capturas contabilizadas en el Estado español y del orden de un 25% de las capturas internacionales sobre el stock de atún blanco del Atlántico Norte.
El día de la primera salida de bonito es complicado para los arrantzales y familiares. “Es duro para nosotros. Es nuestro trabajo y sabemos que la costera de bonito es la más importante del año. No obstante, resulta duro despedirte de tus seres queridos sabiendo que puede que no vuelvas a verlos hasta septiembre” asegura un arrantzale bermeano. “En junio -añade- los días son muy largos y en medio del Atlántico pasamos muchas jornadas sin ver el sol, en medio de la bruma, y muchas veces sin capturas”.
Además, esta primera salida a la pesca de bonito no deja de ser una auténtica expedición. Los barcos zarpan hacia el Atlántico sin rumbo fijo, desconociendo dónde y cuándo se encontrarán con los primeros atunes de la temporada. Se trata de una especie altamente migratoria que puede vivir en aguas con temperaturas entre 9,5ºC a 23ºC gracias a su capacidad de mantener la temperatura muscular significativamente por encima de la temperatura del agua, por la utilización del calor derivado del metabolismo. Las poblaciones atlánticas se reproducen en el Mar de los Sargazos y en aguas oceánicas frente a las costas de Venezuela. “No sabemos dónde puede aparecer el bonito. Puede que tu vayas el primero y llegues hasta las Azores sin haber pescado bonito alguno y otros barcos que han salido días más tarde empiecen a pescar a pocas millas de las costas de Galicia. Así es la primera marea de la campaña de bonito”, explica un veterano patrón bermeano.
Las embarcaciones que inauguran la campaña de pesca de bonito son las denominadas lebazales. Se trata de la flota que durante el siglo pasado se centraba en la pesca de la merluza. Estos barcos capturan bonito mediante la utilización del sistema de pesca conocido como curricán o cacea. Es una modalidad que utilizan los arrantzales vascos desde hace más de 400 años. Los barcos que zarpaban hacia Terranova a la pesca de bacalao capturaban bonito a la cacea. En la actualidad se sigue utilizando con muy pocas modificaciones. Consiste en remolcar a una velocidad de 6-7 nudos unos aparejos en cuyo extremo se sitúan unos señuelos artificiales sintéticos (pequeños pulpos) con un anzuelo doble en su interior. Antiguamente los anzuelos se recubrían con paja de maíz. Así, los bonitos se pescan uno por uno y son cuidadosamente manipulados y refrigerados antes de ser almacenados en la bodega.
Stock en buen estado Según el último análisis realizado por la Comisión Internacional para la Conservación del Atún Atlántico (ICCAT) el stock de atún blanco no está sometido a sobreexplotación y la biomasa del stock reproductor continúa recuperándose. Así, el Comité Científico recomienda mantener un TAC (Total Admisible de Capturas) de 28.000 toneladas y limitar el número de barcos al promedio de 1993-1995. No obstante, durante los últimos años se ha producido un fenómeno que preocupa a los arrantzales vascos: los cardúmenes de bonito no entran a las aguas del Golfo de Bizkaia. “Encontramos bastante bonito en el Atlántico en el inicio de campaña pero luego no entra al Cantábrico y se desplaza hacia el norte” asegura un patrón. Así, en la campaña del año pasado, el grueso de la flota que faena con el sistema de cebo vivo se vio obligado a abandonar prematuramente la pesquería ante la total ausencia de capturas. Los puertos vascos apenas registraron 3.000 toneladas de bonito durante 2014 frente a las 6.500 contabilizadas en el 2012.
Estudios científicos sobre el atún blanco sugieren que la variabilidad medioambiental podría tener un “posible y grave” impacto en los stocks de esta especie “que afecta a las pesquerías cambiando los caladeros así como los niveles de productividad”. El caso es que en los últimos años el bonito presenta unas modificaciones importantes en su patrón de migración que le lleva hacia las aguas de Irlanda sin haber pasado previamente por el Golfo de Bizkaia.
Ramón Basaldua en Deia
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