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Los «marines somalíes», responsables del secuestro del Playa de Bakio

Posted by jonkepa en abril 28, 2008

Fuente: Viaje a la guerra.

Diversos informes coinciden en que cuatro grupos armados son los que principalmente se dedican a la piratería en Somalia:

1. Los Guardacosas Voluntarios Nacionales, que interceptan a embarcaciones pequeñas y pesqueros en la costa sur, junto a la ciudad de Kismayu. Su máximo dirigente es Garaad Mohamed, antiguo señor de la guerra que se podría haber pasado al bando de las Unión de Cortes Islámicas en 2006.

2. El grupo Marka, que está formado por pequeñas células que gravitan en torno a la ciudad del mismo nombre, y que cuenta con una flota que les permite realizar operaciones a gran escala. Su líder es el jeque Yusuf Mohamed Siad.

3. El grupo de Puntlandia, que está formado por pescadores de esta región semiautónoma próxima a Yemen.

4. Y la organización más grande y sofisticada de todas, que se hace llamar a sí misma como Los defensores de la aguas territoriales somalíes, y que es conocida bajo el nombre de los marines somalíes.

Según un informe del Consejo de Seguridad de la ONU, es la única que cuenta con una estructura militar en toda regla. Tiene almirantes, vice almirantes y un responsable del área de negocios.

Su lealtad es hacia el señor de la guerra Abdi Mohamed Afweyne. Y estructuran su labor en torno a la ciudad de Haradhere, situada en el centro del país, a 400 kilómetros al norte de Mogadiscio.

Los marines somalíes

Tras seis días de cautiverio, el atunero vasco Playa de Bakio fue liberado ayer por la tarde.

Según Abdisalam Khalif Ahmed, director de la autoridad portuaria de la ciudad somalí de Haradhere, los piratas se dirigieron hacia la aldea de Al Hud, desde donde huyeron en diversos vehículos.

El País señalaba el viernes que los marines somalíes fueron los responsables del secuestro del Playa de Bakio, como también se supone que estuvieron detrás del ataque al yate de lujo francés Ponant, que tuvo lugar hace tres semanas.

«Sólo quieren dinero»

Asimismo se cree que fueron quienes retuvieron contra su voluntad al periodista francés Gwen Le Gouil, que tras realizar un documental sobre la penosa situación en la que miles de somalíes huyen de la guerra en barco hacia Yemen, regresó a la zona en diciembre de 2007.

Tras pasar ocho días en cautiverio, el periodista francés, ganador del premio Albert Londres por un documental sobre el asesinato de 17 trabajadores humanitarios en Sri Lanka, fue liberado a cambio de 50 mil euros.

En menos de 48 horas, dos miembros de Médicos Sin Fronteras serían secuestradas en la región, que hasta el momento no se había mostrado tan hostil hacia los extranjeros.

Para Gwen Le Gouil, los marines somalíes carecen de interés político alguno. «Sólo tienen una ley, el dinero», afirmó en una entrevista en la emisora francesa Europe 1.

Más información en Jon Kepa, en inglés.

Y de En este Mundo saco la siguiente información:

Piratería en el estrecho de Malaca: mitos y realidades

Los secuestros por parte de piratas somalíes del yate francés Ponant y el atunero vasco Playa de Bakio han puesto de actualidad el problema de la piratería marítima. De momento, la atención se centra en Somalia y, por cierto, casi siempre se examina la cuestión sólo desde «nuestro» punto de vista, con muy poca gente preguntándose acerca de la legitimidad de los barcos pesqueros europeos para faenar en aguas somalíes. Lo que interesa es presentar la piratería como un problema estrictamente militar, sin hacerse demasiadas preguntas por sus causas. Parece haber cierto empeño en sobredimensionar el problema, quizá con el fin de legitimar unas más que evidentes ansias de injerencia en aguas ajenas.

Tal vez debido a las novelas de Emilio Salgari, cada vez que se habla de piratería marítima moderna resulta casi inevitable mencionar el estrecho de Malaca, que a menudo se presenta como uno de los puntos calientes de la piratería mundial, lo que es más que discutible puesto que la piratería en esa zona no es ni muchísimo menos lo que era.

El estrecho de Malaca es un corredor marítimo de 805 kilómetros de largo entre las costas de Malasia e Indonesia que, en su punto más estrecho, tiene una anchura de sólo 1,7 millas. El estrecho es uno de los lugares con mayor tráfico marítimo del mundo: alrededor de 50.000 barcos comerciales lo atraviesan cada año, lo que supone casi la mitad de la circulación marítima mundial.

La piratería marítima mundial aumentó espectacularmente a finales de los años noventa y principios de este siglo: según la Oficina Marítima Internacional se paso de 106 ataques en 1998 a 445 en el año 2003. Gran parte de esos asaltos tenían lugar en el estrecho de Malaca, sobre todo en aguas de Indonesia, donde se producían más de una cuarta parte de los ataques de todo el mundo.

En el año 2004 Estados Unidos, que consideraba que estaban «aumentando las sinergias entre la piratería y el terrorismo», quiso hacerse cargo de la situación y propuso coordinar y liderar una fuerza conjunta que patrullara las aguas del estrecho para eliminar la piratería; supuestamente, los tres países afectados carecían de medios suficientes para hacer frente al problema. La proposición incluía la presencia de tropas y barcos del ejército estadounidense en la zona. Malasia e Indonesia rechazaron la propuesta, no así Singapur, que apoya la presencia militar de Estados Unidos en la zona y alberga una base militar estadounidense. Sin embargo, ese mismo año los tres países firmaron un acuerdo para coordinar la vigilancia y el combate de la piratería en la zona. A Malasia, Indonesia y Singapur se uniría más tarde Tailandia en un esfuerzo común que se desarrolla en tres frentes: patrullas conjuntas de las aguas del estrecho, vigilancia aérea e intercambio de información con un sistema informático común.

LANCHAS INDONESIAS REALIZANDO MANIOBRAS DE ENTRENAMIENTO PARA COMBATIR LA PIRATERÍA.

Por el momento, las Patrullas del Estrecho de Malaca están cumpliendo con su objetivo: el año 2oo5 hubo 18 ataques piratas, 20 menos que el año anterior, y en agosto de 2006 la aseguradora Lloyd’s dejó de incluir a la región en la categoría de zona de guerra, en la que la había incluido un año antes. Según el gobierno malayo, el año pasado no hubo ningún acto de piratería en el estrecho, aunque quizá esta información no sea demasiado objetiva. En todo caso, la Oficina Marítima Internacional afirma que los asaltos piratas en el estrecho disminuyeron sensiblemente el año pasado con respecto a 2006, en un año en el que aumentaron un 10 por ciento en todo el mundo, y en lo que va de año no se ha producido ninguno.

A medida que ha ido mejorando la situación en el estrecho de Malaca ha empeorado en los mares de Sulu y Celebes, una zona con aguas malayas, indonesias y filipinas, lo que en parte puede deberse a que Malasia e Indonesia han descuidado esa zona, pero también a la escasez de medios navales del ejército filipino. En todo caso, aunque quizá sea pronto para relegar a los libros de historia la piratería en el estrecho de Malaca, el éxito de la misión conjunta en aquellas aguas es innegable. Y ello sin necesidad de presencia militar extranjera.

Informe sobre piratería en 2.007. ( en inglés)

Guerra y paz también habla del tema.

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